Células Embrionarias
Inconscientemente me dirigí a la parte alta del museo, sin
duda muchos habían recorrido los primeros niveles y luego hacia arriba, dando
vueltas por entre los estantes, con la gracia de una vaca obesa. Yo decidí
treparme lo mas alto que pude, me apure a llegar al vestíbulo y preguntar por
las escaleras, habiendo recibido indicaciones no muy especificas del área de
las escaleras, llegue donde se encontraban los elevadores.
Cuando llegue note una puerta cerrada junto a ellos.
Ninguna señal de escaleras a la vista.
Un empleado de el lugar estaba realizando labores de limpieza
cerca de ahí, me fue obvio el preguntarle a el sobre las escaleras, estando así
de cerca no podría errar de nuevo.
Me acerque y le pregunte:
-Oye amigo, ¿me podrías indicar donde están las escaleras
para ir al séptimo piso?
Él se quito sus audífonos despacio y me pregunto simplemente
-¿Qué?
No quiero sonar como un maniaco, pero me pareció que su
respuesta era tan corta, tan falta de importancia, poco faltaba para que me
contestara con un solo sonido saliendo de su boca, o simplemente con un
gruñido, como un salvaje, pensé.
-¿Las escaleras para subir?
Quizás con un pleonasmo me entendería más rápido, que tonto
al pensar eso, pensé de mi mismo.
-¡ah! Si, ahí están los elevadores
Contesto eso y siguió con su labor
-¿Pero es que acaso no hay escaleras para ir a los otros
pisos?
-Pues si, pero... ¿Ahí esta el elevador? ¿Para que quiere
escaleras?
-Es que quiero husmear de piso en piso- Atiné a contestar
-Ah bueno, ahí están- Me dijo señalándome a la puerta al
lado del elevador.
Hubiera sido tan difícil explicarle que subir por una
escalera trae consigo una recompensa invaluable, el simple hecho de que el
llegar arriba suponga un esfuerzo para ti, el que sea un reto tan rápido pero
tan apreciable, ¿Cuántas personas no prefieren llegar rápido y sin esfuerzo, y
terminan lavando baños en un museo?.
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